La implementación de intervenciones cortas podría incrementar las posibilidades de que alguien intente dejar de fumar con éxito y prolongar el período en el que permanece libre de tabaco.
Dichas intervenciones son de carácter oportunista y especialmente pertinentes en dispositivos de atención primaria y comunitaria. Se estructuran a lo largo de entre 3 y 10 minutos y deben contener información personalizada en cada caso, aprovechando información que hayamos previamente sondeado de la persona usuaria, aportando una propuesta de cambio al paciente.
La información facilitada durante la intervención ha de ser veraz y adecuarse a evidencia actualizada, además de darse de manera clara y comprensible para la persona que acude al profesional de Enfermería. La comunicación debe ofrecerse en términos empáticos, evitando culpabilizar al paciente.
Para desarrollar estas intervenciones breves, además, podremos apoyarnos en el modelo de las 5 A, que son:
1- Averiguar: preguntado a todas las personas a las que se realice atención acerca de su hábito tabáquico.
2- Aconsejar: instando a cesar el consumo en caso de que haya.
3- Analizar: observando la disposición para el cambio de la persona fumadora.
4- Ayudar: apoyando a la persona a elaborar un plan personalizado para abandonar el consumo de tabaco.
5-Acompañar: programando sesiones de seguimiento del caso.
El principal objetivo son el abandono del consumo de tabaco del mayor número posible de personas que se atienda desde el ejercicio profesional del los y las profesionales de Enfermería y el mantenimiento de la abstinencia en los casos en los que se logre.
La intervención breve dispone de evidencia sólida en nuestro medio relativa a su capacidad para mejorar el consumo de tabaco, si bien la combinación de este tipo de intervenciones con otras como puede ser la entrevista motivacional aporta aún mejores resultados.
Bibliografía: