Las intervenciones orientadas al ocio terapéutico forman una parte esencial del abordaje de las prácticas del chemsex. El diseño de un Plan de Ocio en cuyo diseño se integre las necesidades y aportaciones de la persona interesada constituye una de las estrategias de prevención indicada más pertinentes.
De manera general, podemos dividir la intervención en 4 etapas:
1- Entrevista inicial, para valorar la pertinencia del Plan de Ocio para la persona en cuestión y establecer las actividades de ocio terapéutico, que se programarán los fines de semana, con el objetivo de romper con las dinámicas de consumo en contextos de tiempo libre que ya estuvieran estableciéndose.
2- Tratamiento, diseñando el Plan de Ocio en función de la información recabada en la etapa anterior. Se establecerán actividades de ocio terapéutico, que se programarán los fines de semana, con el objetivo de romper con las dinámicas de consumo en contextos de tiempo libre que ya estuvieran estableciéndose, a la vez que se generan encuentros grupales para fortalecer la red de apoyo de las personas incluidas en dicho plan.
3- Educación para la salud, prevención y promoción de la salud a través de actividades grupales que generen comunidad y ahonden en la adquisición de hábitos de vida saludables. es importante que el desarrollo del plan comprenda el entorno comunitario de la persona.
4- Realizar seguimiento y evaluación continua del caso, con el fin de valorar el impacto del plan, la evolución del caso y la necesidad de ajustes que puedan surgir.