El cannabis es una de las sustancias psicoactivas más consumidas en nuestro entorno. En el caso de mujeres que consuman dicha sustancia durante la lactancia materna, es necesario indicar como mínimo la reducción de consumo, si bien la meta debe ser el abandono del consumo.
Se indica el ofrecer información real acerca de los riesgos derivados de la exposición al cannabis por parte de la mujer y del bebé, así como la facilidad que los metabolitos de esta sustancia tienen para pasar a la leche materna y, con ello, al lactante. Es además importante reseñar que la cantidad de sustancia a la que se exponga el bebé dependerá del consumo materno, y que el desarrollo del sistema nervioso y del crecimiento de dicho lactante puede verse comprometidos por la exposición a dicha sustancia.
Además, el consumo continuado de este tóxico puede incidir sobre cambios en el comportamiento y el juicio de la madre, lo que podría llegar a suponer un riesgo para el bebé.
En caso de que no se elimine el consumo totalmente, se ha de recomendar a la madre que fume en una estancia en la que el bebé no se exponga al humo, pues se relaciona con el síndrome de muerte súbita del lactante. También se incidirá sobre la pertinencia de lavarse las manos y las prendas de ropa que que puedan contener restos de cannabis antes de volver a entrar en contacto físico con el lactante.
De igual modo, cabe señalar a la mujer que lo precise que los compuestos del cannabis pueden permanecer en la leche materna durante días o semanas posteriores al consumo, y también podrán hallarse en las heces y orina del lactante.
Durante estas intervenciones, el o la profesional de Enfermería habrá de informar también de los beneficios de la lactancia materna, con el fin de que la mujer pueda tomar una decisión informada.
Bibliografía: Registered Nurses’ Association of Ontario. Lactancia Materna – Fomento y Apoyo al Inicio, la Exclusividad y la Continuación de la Lactancia Materna para Recién Nacidos, Lactantes y Niños Pequeños. 2018 p. 208.