En el caso de adolescentes y adultos jóvenes que hayan recibido un diagnóstico de ansiedad y/o depresión, se debe explorar la posibilidad de consumos de cannabis concomitantes, especialmente en aquellos casos en los que la persona no responde al tratamiento convencional o tiene frecuentes recaídas.
Si se confirma dichos consumos, las y los profesionales de Enfermería han de facilitar la promoción de la salud, prevención y el cumplimiento terapéutico, además de orientar hacia la reducción de daños en los casos que puedan beneficiarse de este abordaje.
Si durante las consultas de Enfermería se identifican casos, es importante explorar los hábitos relativos al consumo de cannabis y la manera en la que pueden estar relacionados con los síntomas de salud mental. De igual modo, se deberá insistir en la educación para la salud, compartiendo con la persona en cuestión cuáles son los riesgos asociados al consumo, basándonos en la evidencia.
Bibliografía: Halladay JE, MacKillop J, Munn C, Jack SM, Georgiades K. Cannabis Use as a Risk Factor for Depression, Anxiety, and Suicidality: Epidemiological Associations and Implications for Nurses. J Addict Nurs. abril de 2020;31(2):92-101.